Poner el nombre a un negocio es una actividad única, de una sola oportunidad, no puedes usar el método de prueba y error hasta encontrar el nombre ideal, pues una vez que lo pones ya no lo puedes modificar, y si lo haces, debes comprender que será casi como comenzar de nuevo.
Los errores más comunes al ponerle un nombre a un negocio son: nombre muy común, difícil de pronunciar, fácil de olvidar, muy largo y nombre sin sentido.
Pero el nombre de un negocio, como el nombre de las personas, tiene el propósito de distinguirlo de los demás, definir su personalidad y destacarlo para ocupar un lugar importante en el mercado.
Por eso aquí te presentamos los criterios más importantes que debes considerar para ponerle nombre a tu negocio.
Nombre corto
El nombre corto de un negocio aumenta la capacidad para recordarlo y la fluidez para pronunciarlo. Generalmente, las marcas con nombres muy largos son complicadas de recordar.
Fácil de recordar
Una persona promedio se ve expuesta a un gran número de estímulos al día y solamente retiene aquellos que le llaman la atención y son fáciles de recordar.
Descriptivo
Conviene que el nombre de un negocio proporcione un poco de información sobre los tipos de productos o servicios que ofrecemos en él. Aunque no hay que ser demasiado descriptivos, sí conviene dar indicios de lo que se trata el negocio.
Sencillo
Un nombre fácil de pronunciar. No mezclar palabras de tal forma que resulte casi impronunciable, eso sólo confundirá a las personas. Las mezclas a veces crean palabras bonitas, pero no siempre.
Evocador
Un nombre evocador es aquel que recuerda a algo que ya se conoce. Es importante que esta evocación sea positiva y de preferencia relacionada a lo que ofrece el negocio.
Único
Un nombre único se queda en la mente de las personas. No puedes usar el mismo nombre de otra empresa ya que no se vería bien para la reputación de tu negocio, además que resultaría imposible registrarlo.
Cuando una empresa entra en el mercado, compite por un lugar entre la mente de nuestros clientes. Si no capta su atención, nuestro negocio les será indiferente.
Ahora, con estos criterios en mente, el siguiente paso es echar a andar la imaginación. Pide a amigos y familiares sugerencias y anótalas. Con la lista de nombres posibles, primero haz una eliminación hasta que tengas tres nombres. En seguida haz el nombramiento del elegido.