Crea un buen ambiente de trabajo en tu establecimiento

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Un empleado que llega al trabajo con entusiasmo es mucho más productivo que el que llega con temor o con fastidio.  El que llega con entusiasmo, además de que su productividad aumenta, contagia a los demás, provocando un excelente ambiente de trabajo.

Como propietario del negocio tienes la responsabilidad de crear un buen ambiente de trabajo. Recuerda que tus empleados son tu equipo de trabajo, por lo tanto un buen clima laboral siempre será de beneficio para tu negocio.

En seguida te damos algunas sugerencias para que el ambiente de trabajo de tus empleados sea agradable.

No involucres tu vida personal con el trabajo.

Tus empleados no deben saber cosas íntimas de tu vida familiar, de la misma manera que involucrarte en la vida personal de tus empleados provoca un acercamiento excesivo y vuelve frágil la relación laboral.

No humilles a tus empleados en público. 

Hay ocasiones en que los empleados incurren en indisciplina  o cometen errores y debes hacer correcciones, pero llamar fuertemente la atención a un empleado frente a sus compañeros o frente a clientes, genera resentimientos del empleado y poco a poco el ambiente de trabajo se vuelve negativo. Siempre tendrás mejores resultados laborales si corriges con respeto al empleado.

No menosprecies el trabajo de tus empleados. 

Puede ser que el empleado haya hecho su mejor esfuerzo por realizar una tarea, pero si no estás satisfecho con su trabajo procura no menospreciar el esfuerzo. Siempre hay palabras adecuadas para que el empleado mejore sus resultados, por ejemplo “sé que hiciste un gran esfuerzo y te felicito por eso, pero aún hay cosas que debes mejorar”.

Ante las disputas entre empleados busca la conciliación.

Es difícil evitar que haya discusiones entre los empleados, pero cuando se presenten busca la conciliación mediante la comunicación. Reúnelos y en un buen ambiente aclara la situación e invítalos a colaborar entre ellos para lograr los objetivos. 

Pide las cosas por favor y no olvides dar las gracias.

Ser amable con los empleados no es sólo una cortesía, sino también una inversión, ellos te respetarán más y desempeñarán su trabajo con actitud positiva. Sé firme y decidido para que tu autoridad quede bien establecida, pero sé amable a la vez para incidir en el buen ambiente de trabajo.

Revisa periódicamente las cargas de trabajo de tus empleados.

Puede ser que conforme se van presentando nuevas tareas de tu negocio, las vayas asignando a tus empleados y quizá, sin darte cuenta, se recarguen más actividades en un empleado que en los demás, por eso conviene revisar periódicamente si hay equilibrio en la asignación de responsabilidades y de no ser así, habrá que hacer reasignaciones.

Evita las excesivas extensiones de horario 

Nunca olvides que tus empleados tienen familia y deben pasar tiempo suficiente con ellos. Exigirle con frecuencia a tus empleados que trabajen mucho tiempo provocará inconformidades. Procura distribuir con equilibrio las extensiones de horario entre los empleados.

No delegues más trabajo del necesario.

Hay cosas que sólo tú debes hacer, de la misma manera qué hay tareas que sólo deben hacer tus empleados. Por ejemplo negociar con los proveedores es una tarea que no se delega a menos que tu empresa haya crecido tanto que las operaciones se hayan vuelto complejas, pero mientras sea una empresa sencilla, de no más de veinte empleados, la negociación con proveedores es exclusiva del propietario. Delegar este tipo de responsabilidades provoca empoderamiento excesivo al empleado sobre sus compañeros y sobre tu empresa.

Aplica estos sencillos consejos y verás un mejor ambiente de trabajo. No temas a que por respetarlos puedan ponerse encima de ti, el respeto genera respeto, sólo no olvides combinar el buen trato con la firmeza. Deja bien establecido que tú tienes la autoridad. 

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