Respetar el horario de servicio en nuestro local significa dar certeza al cliente del tiempo en que la tienda está abierta. El cliente debe estar absolutamente seguro de que nuestro local está en servicio, pues lo más decepcionante para un cliente es desplazarse hasta la puerta de la tienda suponiendo que está abierta y encontrar cerrado.
Cuando un cliente no está seguro si un local está abierto, buscará irremediablemente otra opción antes que intentar ir a aquel que no le garantiza estar en servicio. En cambio cuando el cliente está absolutamente cierto de que el local está abierto, siempre será su primera opción.
Por otro lado, abrir antes de la hora fijada para la apertura o cerrar después del horario ofrecido también es arriesgado, pues se puede descontrolar al cliente haciéndole pensar que abre antes del horario publicado o que cierra después del horario ofrecido.
Por eso, ser puntual tanto en la apertura como en el cierre, brinda más certeza al cliente que abrir antes o cerrar después del horario fijado.
Respetar el horario al máximo posible no sólo tiene la ventaja de dar certeza al cliente, sino que adicionalmente es un elemento esencial en la batalla con la competencia.
Si la competencia es respetuosa de sus horarios, no nos podemos dar el lujo de relajar la disciplina, por el contrario, tendremos la obligación de disciplinarnos en forma estricta.
Por otro lado, si la competencia es relajada en el cumplimiento de sus horarios de apertura y cierre, tendremos la obligación de disciplinarnos para marcar la diferencia y sacar ventaja competitiva.
Lo mismo sucede si cerramos el local durante la jornada, así sea para comer, pues la incertidumbre de los clientes hará que desconfíen de nosotros. Por eso, prohibido eso de “Regresamos en media hora”, y más prohibido aquello de “Sí necesita algo, toque el timbre”.
Cuando un negocio, cualquiera que sea su giro, cierra en medio de la jornada, provoca en el cliente tal frustración que se prometerá no volver. Lo mejor es buscar soluciones para conservar abierto el local, ya sea comiendo en los tiempos de menor tráfico de clientes o encargándolo a alguien de confianza,
