Un negocio, ya sea papelería, frutería, dulcería o una tienda de ropa o abarrotes, ha sido creado por sus propietarios con el fin de obtener ingresos y con ellos sustentar a su familia, sin embargo, la experiencia ha demostrado que las empresas, por muy pequeñas que sean, cuando buscan únicamente aumentar sus ganancias, perjudican a la comunidad en vez de beneficiarla.
Un ejemplo en una macro empresa es cuando optan por arrojar sus desechos líquidos al río más cercano provocando contaminación al medio ambiente. Sin embargo, un negocio pequeño también puede optar por poner sus bolsas de basura en la esquina de la cuadra sin asegurarse de que no se abran, rompan o amontonen por largo tiempo, provocando suciedad y mal aspecto.
Existen muchas formas en que un negocio puede perjudicar a la comunidad. Vender bebidas alcohólicas o cigarros a menores de edad, poner bocinas con música estridente, llenar de mercancía la banqueta impidiendo el paso de peatones, provocando tráfico al no contar con estacionamiento, son sólo algunos ejemplos de cómo un negocio como el tuyo o el mío puede perjudicar a la comunidad.
Sin embargo la responsabilidad social de un negocio no sólo se aplica dejando de perjudicar a la sociedad, sino sobretodo haciendo obras o acciones de benéfico. Algunos negocios optan por destinar parte de sus ganancias a apoyar las causas de organizaciones de asistencia como las dedicadas a atender niños huérfanos o a personas en situación de calle.
Es posible que un propietario esté convencido de que su negocio no genera las ganancias suficientes para aportar para una causa social, no obstante eso no impide que pueda realizar acciones de responsabilidad social como hacer esfuerzos por generar empleos, tener en su negocio un código de ética o mantener siempre limpia la banqueta de su local.
El propósito fundamental de la responsabilidad social de un negocio es mantener una conexión de empatía con la comunidad en la que se encuentra nuestro local y mostrar a la sociedad que no somos indiferentes a nuestro entorno.
Ahora bien, como lo nuestro es el negocio y buscamos siempre incrementar las ventas, a nuestra responsabilidad social hay que sacarle ventaja y una manera de hacerlo es vender nuestras buenas obras mediante carteles o pósters que digan cuáles son nuestras acciones de responsabilidad social.
Los clientes suelen valorar más a los negocios que están conectados con la comunidad mientras que por el contrario, discriminan a los negocios que no contribuyen al mejoramiento del medio donde se desarrollan en sus diferentes esferas: social, laboral y ambiental.
