Todos los comerciantes buscamos que nuestra tienda crezca, que tenga más y más clientes y ventas para asegurar el sustento de nuestra familia y su futuro, pero ¿qué tenemos qué hacer para lograrlo?
Preparar a una tienda para crecer significa lograr que sea perfectamente accesible y agradable para los clientes, que no haya obstáculos para ingresar al local ni para estacionarse, que no haya indigentes en la banqueta, que no haya presencia de animales vagabundos que ensucian y pueden agredir a los clientes, y sobre todo que el entorno del local no se convierta en basurero público donde la gente arroja sus desechos domésticos perjudicando la imagen del negocio.
El tema de los indigentes es un tema sensible y delicado, pues si bien sí afectan tanto la imagen como el acceso a tu tienda, además de que intimidan a clientes potenciales, proceder a expulsarlos puede provocar que seas criticado por insensible y discriminante. Sin embargo tolerar su presencia deteriora la imagen de tu negocio que buscas que sea limpio, agradable y accesible.
Los indigentes requieren asistencia social más que la compasión de los transeúntes, por eso conviene dialogar con las autoridades competentes para buscar una solución pacífica y conveniente.
Algunas acciones que pueden ayudar a mejorar el ambiente en tu entorno físico son barrer la banqueta varías veces al día, retirar chicles pegados al piso y mantener fresco el entorno. Muchas veces la presencia de basura atrae a la presencia de personas mal vivientes.
El paso del tiempo la rutina y las ocupaciones diarias en la tienda provocan lo que en el ámbito comercial se denomina “ceguera de taller“, lo que significa que podemos ver defectos, o basura u objetos fuera de lugar sin darnos cuenta de que está mal que estén ahí.
La ceguera de taller se define como dejar de ver las cosas obvias de nuestro día a día, como consecuencia de estar trabajando sistemáticamente en ellas. Si todos los días vemos basura fuera de nuestro local, llega el momento en que dejamos de percibir que no debe estar ahí.
Lo mismo pasa con el deterioro de la pintura del local, un grafiti, la falta de una letra del rótulo o el toldo roto. Nos acostumbramos tanto a ver los defectos que llega el momento que los vemos naturales. Por eso es conveniente retroalimentarnos con la opinión de clientes, amigos y familiares que estén dispuestos a ayudarnos dándonos su sincero punto de vista para mejorar nuestro negocio.
Debemos agregar que una expresión de solidaridad e integración social es facilitar el acceso a nuestro local a personas con algún tipo de discapacidad colocando rampas y si es preciso pasamanos que faciliten su desplazamiento, así como capacitar a los colaboradores de la tienda para apoyar a las personas que tienen dificultad de movilidad.
Todos estos elementos conforman el entorno del local comercial y en la medida que lo cuidemos y lo mantengamos limpio y accesible, habremos creado las condiciones para el crecimiento de nuestro negocio.
Estas condiciones no aseguran el crecimiento, pero sí son un prerrequisito para que con el abasto, el servicio y precios competitivos nuestro negocio crezca y asegure el bienestar de nuestra familia.
