Para empezar debemos saber que las ventas de mostrador son aquellas que implican una interacción cara a cara con el cliente, y suele ser la que maneja mayores índices de efectividad, pues resulta ser un medio acertado para poder persuadir una venta, lo cual no se da en el autoservicio.
Muchos piensan que las ventas de mostrador están entrando en desuso para ser sustituidas por el autoservicio, sin embargo, las ventas de mostrador no son una desventaja, sino que proporcionan también grandes beneficios, especialmente la atención personalizada.
Por otro lado, las ventas mediante un mostrador permiten un mayor contacto entre el cliente y el personal de la tienda, y a mayor comunicación mayores posibilidades de que el cliente salga satisfecho y con una buena experiencia.
Algo que se debe considerar es que muchas veces en tiendas donde prevalecen las ventas de mostrador algunas mercancías suelen estar ocultas a la vista del cliente, dando por sentado que el cliente sabe que la tienda cuenta con esos productos.
El cliente debe ver el máximo de productos, pues de la vista nace el deseo de comprarlos y además le ahorramos al cliente la incomodidad de preguntar si la tienda cuenta con lo que busca.
A diferencia del sistema de autoservicio, en las tiendas con ventas de mostrador el contacto personal entre el vendedor y el cliente es muy intensa y fundamental para las ventas. Si el dependiente da un buen servicio y atiende con amabilidad, las ventas con seguridad se incrementan, pero puede suceder lo contrario si la atención no es buena.
