Tener una tienda de abarrotes es una fuente de sustento, pero también implica riesgos, especialmente en temas de seguridad. El robo hormiga —pequeños hurtos frecuentes— y los asaltos son amenazas reales que afectan directamente la ganancia diaria. Pero no todo está perdido. Con acciones concretas y trabajo en equipo, puedes reducir estos riesgos.
1. Prevención desde adentro: orden y control
- Coloca los productos de mayor valor a la vista y cerca del mostrador. Esto incluye cosméticos, cigarros, medicamentos, baterías y otros artículos fáciles de esconder.
- Evita puntos ciegos. Mantén los pasillos despejados y bien iluminados. Entre más visible sea todo, más difícil es que alguien robe.
- Cambia los productos de lugar de forma periódica. Esto ayuda a detectar si falta mercancía en ciertas áreas y evita que quienes hurtan tengan “zonas de confianza”.
2. Vigilancia constante
- Capacita a tu personal para identificar comportamientos sospechosos. Una persona que entra varias veces sin comprar, que se esconde entre pasillos o que actúa con nerviosismo, puede estar observando o intentando robar.
- Instala cámaras visibles. No sólo ayudan en caso de robo, también disuaden a quienes piensan robar.
- Supervisa de forma aleatoria. Haz recorridos frecuentes por la tienda y almacén. Que se note que hay control.
3. Prevención de asaltos
- Evita rutinas fijas. Cambia los horarios en que haces cortes de caja o depósitos bancarios.
- No guardes grandes cantidades de efectivo. Usa servicios de recolección o deposita en horarios seguros y acompañándote si es necesario.
- Ilumina el exterior de la tienda. Un local oscuro es más vulnerable.
4. Colabora con la comunidad
- Conoce a tus vecinos y forma una red de vigilancia. Entre comerciantes pueden apoyarse, reportar movimientos sospechosos y cuidarse mutuamente.
- Participa en grupos de WhatsApp vecinales o de comerciantes. La información fluye más rápido y puedes prevenir incidentes.
- Habla con la policía de tu zona. Una relación cordial puede hacer que haya rondines más frecuentes.
Cuidar tu tienda no solo se trata de tener rejas o cámaras. Se trata de estar siempre alerta, tomar medidas concretas y construir relaciones de confianza con quienes te rodean.