En el mundo del comercio, especialmente en los negocios pequeños, la falta de acceso a financiamiento formal lleva a muchos a aceptar opciones de préstamo aparentemente fáciles. Uno de los más peligrosos es el llamado crédito gota a gota, un sistema que ha llegado desde Sudamérica y que, lejos de ser una ayuda, puede poner en riesgo el patrimonio, la integridad y hasta la vida de quien lo contrata.
Cómo funciona este mecanismo
El gota a gota se presenta como un préstamo exprés: no requiere fiador ni garantías, solo identificación oficial y prueba de que tienes actividad comercial. Las cantidades prestadas suelen ir de 2 mil a 60 mil pesos, con pagos diarios o semanales que el cobrador recoge personalmente en tu negocio o casa. En ocasiones, el cobro se realiza a través de aplicaciones móviles o registros electrónicos.
El problema está en el costo real: se han documentado tasas de interés de entre 1 % y 3 % diario, o de 10 % a 20 % mensual. En términos anuales, algunos casos superan el 500 % de interés. Aunque el plazo se cumpla, el prestamista puede seguir exigiendo pagos bajo cualquier pretexto.
El riesgo real: deudas impagables y amenazas
Cuando el comerciante no puede seguir pagando, estos prestamistas no actúan como un banco: recurren a presiones, amenazas y hasta despojo de mercancía. Se han reportado casos en los que retienen bienes, exigen trabajos forzados o intimidan a la familia. Es decir, no solo es un problema financiero: puede convertirse en un riesgo para la seguridad personal.
Cómo prevenir caer en este fraude
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda:
- En caso de ser necesario, usar siempre prestamistas regulados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
- Verificar en el Buró de Entidades Financieras o en el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (Sipres) que la empresa esté registrada.
- Comparar el Costo Anual Total (CAT) de varias opciones antes de decidir.
- Guardar todos los comprobantes de pago y exigir contrato por escrito.
- Denunciar a las autoridades cualquier amenaza, abuso o cobro ilegal.
Una decisión que puede salvar tu negocio
La tentación de acceder a dinero rápido es comprensible, sobre todo si hay una urgencia, pero el gota a gota no es una solución: es una trampa. Lo que empieza como un alivio momentáneo puede terminar en el cierre del negocio y en graves problemas personales.
Protégete y asesórate antes de firmar —o incluso aceptar verbalmente— cualquier préstamo. El financiamiento seguro existe, pero requiere precaución y verificación.