El rumor corre rápido en el barrio: “Van a poner un Oxxo en la esquina”. Y más de un tendero siente un nudo en el estómago. El miedo es comprensible: hablamos de una cadena con miles de sucursales, publicidad millonaria y estrategias bien armadas. Pero ojo: que llegue un Oxxo cerca no significa que tu negocio está sentenciado a desaparecer.
La historia del pequeño comercio en México está llena de ejemplos de la capacidad de adaptación de comerciantes en medio de las adversidades. La tiendita de la esquina sobrevive porque no solo vende productos, sino también confianza, cercanía y hasta cariño. El tendero conoce a sus clientes por nombre, aparta mercancía que sabe que alguien pasará a buscar en la tarde y si un cliente es frecuente y no le alcanza para pagar la cuenta, le puede decir “lo que falta me lo trae a la otra”. Eso, ningún Oxxo lo puede replicar.
Ventajas que siguen siendo tuyas
Un Oxxo tiene horarios amplios, sí, pero tu tienda tiene ventajas reales que no debes olvidar:
- Cercanía emocional: tus clientes confían en ti, y eso no se compra con marketing.
- Flexibilidad: puedes adaptar tus productos al gusto de la colonia. Si a tu clientela le gustan las tortillas de tal tortillería, las papas de tal marca local o las galletas caseras de un vecino, tú puedes venderlas. Las tiendas de conveniencia no.
- Servicio humano: en tu tienda no hay que esperar en fila detrás de diez personas. Atiendes rápido, con una sonrisa y hasta con un “¿cómo va la familia?”.
El reto es profesionalizarte
El secreto está en no confiarte. No basta con que te tengan cariño: debes pulir tu negocio. Organiza tu mostrador, mantén limpio, moderno y atractivo tu espacio. Amplía tu catálogo con lo que la gente realmente busca, no solo lo que siempre has vendido. Piensa en agregar servicios: recargas, pago de servicios, cobro con tarjeta, pequeños antojos calientes.
Oxxo es grande, pero tú eres único
El Oxxo vende lo mismo aquí que en otro estado. Tú, en cambio, puedes vender lo que se antoja en tu calle, a tu gente. Esa capacidad de personalizar y adaptarte es tu verdadera ventaja.
Cuando llegue un Oxxo junto a tu tienda, no lo veas como un monstruo que te aplasta, míralo como un desafío que te empuja a mejorar, a crecer y a demostrar que las tienditas, cuando se profesionalizan y atienden con corazón, son insustituibles.
Piensa ¿que es lo que le gusta al cliente de las tiendas de conveniencia? Luego trata de no quedar en desventaja. Si la gente que va al Oxxo lo que le gusta es que sus bebidas frías sí están bien frías, no escatimes en el enfriamiento de las tuyas. No cedas mucho en sus ventajas, mejor compite.
La buena noticia es que, con esfuerzo y estrategia, muchos tenderos no solo sobreviven a la llegada de un Oxxo, sino que consolidan más a sus clientes y hasta aumentan ventas. Porque al final del día, lo que más valora la gente es la confianza y el trato humano. Y eso, Oxxo nunca podrá comprarlo.