La bodega en el comercio en pequeño surge a partir de la necesidad de contar con más mercancía de la que se pude exhibir, es decir, cuando necesitamos almacenar productos para restituir a los que se van vendiendo en el piso de ventas.

¿Cuándo requerimos almacenar productos en una bodega? Cuando tenemos productos de alta rotación en el piso de ventas, cuando aprovechamos promociones de los proveedores, cuando se aproxima una temporada alta de ventas, o simplemente cuando el proveedor no puede surtirnos con la frecuencia necesaria para abastecer nuestros productos.

Es importante no tener en bodega más productos de los que son realmente necesarios, pues sería un derroche financiero tener en bodega productos de baja rotación, o productos caducados, pues ocupan espacios inútilmente, además de que representan dinero que podría aprovecharse para otros productos que sí se pueden convertir en liquidez para el negocio.

La utilización racional de la bodega implica varios aspectos que debemos tomar en cuenta:

  1. No almacenar más de lo indispensable.
  2. Clasificar la mercancía conforme al área que ocupa en el piso de ventas.
  3. Acomodar la mercancía en la bodega de acuerdo a la fecha en que fue recibida.
  4. Tener un buen control de la mercancía almacenada, es decir, saber qué tenemos y en qué lugar está.
  5. Rotar  adecuadamente la mercancía de tal forma que la primera en entrar a la bodega sea la primera en salir hacia el piso de ventas.
  6. Mantener la mercancía limpia y adecuadamente acomodada de tal forma que no se deteriore.
  7. Identificar periódicamente la mercancía que lleva más tiempo del razonablemente aceptable en la bodega para buscar la manera de convertirlo en dinero efectivo lo más pronto posible.

Hay veces que el propietario de un negocio olvida o desestima a su bodega de tal forma que no sabe qué tiene, ni dónde está y mucho menos desde cuando. Esto por tanto implica que ignora cuánto vale su mercancía almacenada y finalmente todo ese dinero se termina convirtiendo en pérdidas.

La bodega debe ser un elemento dinámico dentro de un negocio, encargado de suministrar de productos al piso de ventas, por lo tanto, debe ser visitado por el propietario al menos dos veces al día con el fin de supervisarlo en forma personal.

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