La tendencia actual en los pequeños negocios es orientarse al cliente y a interpretar qué es lo que realmente valora.
Hacer innovaciones nos ayuda a diferenciarnos de la competencia, a que el consumidor nos perciba como algo fresco, novedoso, a que nos vea como lo que estaba esperando.
Dirigir un negocio, por pequeño que sea, requiere ocuparse en conocer las necesidades de los clientes y en desarrollar el potencial del negocio para satisfacerlo, lo cual significa buscar una ventaja frente a la competencia que puedas mantener a largo plazo, detectar necesidades y servicios a cubrir, definir nuevos segmentos o nichos a los que debes dirigirte, ampliar la oferta de productos o servicios, si el mercado lo requiere.
Esto es lo que los técnicos llaman marketing estratégico, orientado al medio y largo plazo.
El marketing operativo, por su parte, se orienta a corto plazo y busca cumplir los objetivos definidos por el anterior. Las estrategias de marketing que te van a ayudar a cumplir tus objetivos a corto plazo.
Aquí el marketing se convierte en una disciplina capaz de transformar la realidad, al generar valor para satisfacer las necesidades del cliente, y obtener a cambio, un beneficio económico.
El marketing a corto plazo busca entregar el mejor producto o servicio posible a cada segmento de clientes, a un precio adecuado, en el lugar correcto y en el momento adecuado.
Componiendo así las famosas 4 claves del marketing; producto, precio, distribución y promoción, que responden a ¿Qué vendo? ¿A cuánto lo cobro? ¿Dónde y cómo lo vendo? ¿Cómo lo promociono?
Aquí surgen nuevas variables decisivas a la hora de tomar decisiones. Las personas, los procesos o los medios digitales son algunas de las más destacadas. Todas ellas conforman una serie de palancas sobre las que hay que tomar decisiones para activarlas de una forma inteligente.
El marketing nos ayuda a entender lo que el cliente nos demanda y espera de nosotros, obligándonos a mirar nuestra propuesta comercial desde el punto de vista del cliente.
