Los pequeños comercios como las cafeteraías, taquerías, fondas y tienditas son parte de la cultura y economía mexicana, los cuales llenan las calles de olores y sabores, y lo más importante: satisfacen necesidades de la comunidad en que están insertadas.
Son muchas familias mexicanas las que dependen directamente de estos establecimientos, por lo que el consumo local es una manera de apoyarlos.
El mejor ejemplo de emprendimiento por el cual optan gran parte de los mexicanos, son las tienditas, las cuales son el alma de México y dan sustento a más de 3 millones de familias. De acuerdo con la Asociación Nacional de Pequeños Comercios (ANPEC), las tienditas generan el 1% del PIB nacional, que equivale a más de 300,000 millones de pesos anuales; con 1.2 millones de puntos de venta.
La pandemia puso en riesgo a miles de negocios familiares, y tan solo en 2020, se estima que más de 1 millón de pequeños comercios cerraron sus puertas por esta causa, de acuerdo con el Estudio sobre la Demografía de los Negocios (EDN). Sin embargo, las tienditas y muchos pequeños comercios establecidos han logrado sobrevivir gracias a su persistencia, constancia y disciplina.
Es importante seguir visitando a la tiendita de la esquina más cercana para continuar apoyándolos durante los momentos más difíciles; cada que compramos en nuestra tiendita más cercana apoyamos el trabajo de millones de familias mexicanas.
