Anclar al cliente a nuestra tienda es la única garantía de no sólo sobrevivir, sino lograr el éxito

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Entrar a una tienda y encontrarse con la indiferencia y frialdad del dependiente, ya sea un colaborador o el propietario, es la experiencia más desagradable que un cliente pueda enfrentar. Si a esto agregamos un poco de obscuridad en el local, refrigeradores sin la temperatura suficiente para enfriar las bebidas y un poco de desorden en la mercancía, podemos ya dejar de esperar que el cliente regrese. 

Toda tienda necesita anclar a los clientes desde su primera visita, y si no lo hace, el cliente podrá regresar, pero sólo regresará si no tiene competencia en el entorno o si ésta adolece de deficiencias similares.

Sin embargo la batalla por conseguir una base sólida de clientes que mantengan al negocio con vida y sobre todo que le permita crecer, no se libra contra la competencia, sino contra sí mismo, es decir, el exceso de confianza, la apatía, el desorden, la indiferencia, la falta de visión y la ausencia de ambición. 

Muchas veces los comerciantes piensan que usar la menor iluminación posible, así como dejar los refrigeradores apagados durante la noche y mantener el enfriamiento durante el día en niveles de ahorro de energía, le traerá menos costos y pérdidas, sin embargo, es necesario y apremiante, que el propietario saque la casta de comerciante y comprenda que los costos no son pérdidas sino inversiones que retribuyen ganancias.

Muchos inician la aventura de ser comerciantes, y es verdad que muchos sobreviven, pero pocos son los que alcanzan el éxito, pues para ello se requiere sacrificio, fortaleza, temple, corazón, convicción, constancia y entrega. Se requiere “sacar la casta de comerciante”.

Si los clientes “aprenden” que la tienda siempre tiene suficientemente frías sus bebidas y qué cuenta con el surtido y variedad adecuadas, buscarán sus bebidas en esa tienda. Si los clientes siempre encuentran la mercancía limpia y ordenada, “aprenderá” a confiar en los productos que esa tienda ofrece. Si el cliente siempre encuentra bien iluminado el local, se sentirá seguro y en un ambiente agradable. 

Sin embargo, lo más importante de un negocio que busca el éxito es la actitud frente al cliente. Sin el cliente no hay negocio, y sin una base sólida de clientes que garanticen su crecimiento y vida comercial, no habrá éxito. Por eso es importante anclar al cliente al negocio. Y no hay mejor ancla que la sonrisa del dependiente, ya sea colaborador o propietario.

Recibir al cliente con un saludo amable al momento de dar los primeros pasos en el local, le hará sentirse bien recibido y regresar. Complementa esa buena recepción con una actitud amable durante su estancia. 

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