Hay días en los que sentimos que nuestra tiendita, ferretería, papelería o miscelánea simplemente no avanza. Las ventas no suben, los clientes se van sin comprar y pareciera que todo esfuerzo es en vano. Pero no todo está perdido. A veces, lo que se necesita no es una gran inversión, sino pequeños ajustes diarios que sí hacen diferencia.
Aquí te dejamos 7 medidas simples que puedes aplicar desde hoy y cuyos resultados podrás ir notando cada día:
1. Saluda a cada cliente como si fuera el primero del día
📊 Resultado a observar: ¿El cliente sonríe, se queda más tiempo o vuelve pronto?
Una actitud cálida crea conexión y confianza. La amabilidad no cuesta, pero vende.
2. Pregunta algo sencillo: “¿Buscaba algo más?”
📊 Resultado a observar: ¿Logras vender uno o dos productos adicionales?
Esta simple pregunta puede aumentar tus ventas por cliente sin parecer insistente.
3. Ordena un espacio nuevo cada día
📊 Resultado a observar: ¿Los productos se ven más claros y accesibles?
Un espacio limpio y ordenado invita a comprar. Además, puedes descubrir mercancía que ni tú recordabas tener.
4. Haz una pequeña promoción diaria
📊 Resultado a observar: ¿Cuántas unidades se vendieron hoy que antes no salían?
Por ejemplo: “Hoy el paquete de galletas tiene $2 de descuento” o “Llévate 3 y paga 2”. Solo hoy.
5. Escucha con atención lo que el cliente dice
📊 Resultado a observar: ¿Detectas productos que puedes ofrecer o necesidades nuevas?
A veces el cliente se va porque no tenemos lo que busca. ¡Pero si lo escuchas, te da pistas valiosas!
6. Lleva un registro sencillo diario de ventas y observaciones
📊 Resultado a observar: ¿Qué días se vende más?, ¿qué producto bajó?, ¿qué promoción funcionó?
Un cuaderno a mano puede ser más valioso que una computadora sin usar. Lo importante es anotar y revisar.
7. Comparte una sola publicación en redes sociales al día
📊 Resultado a observar: ¿Alguien vino por lo que anunciaste?
Una foto del producto, una frase oportuna o una historia real pueden atraer a tus vecinos a tu tienda.
Recuerda:No tienes que hacerlo todo de golpe. Haz uno o dos cambios a la vez y observa qué funciona. Un pequeño cambio diario puede ser el inicio de una transformación grande. Tu negocio no está muerto: ¡sólo necesita que lo hagas respirar distinto!