Tu humor también vende: el impacto de tu estado de ánimo en tu tienda

Muchos pequeños comerciantes no se dan cuenta de que su estado de ánimo es tan importante como el inventario o el precio del producto. Un mal gesto, una actitud negativa o una respuesta cortante pueden alejar a los clientes y hacer que en lugar de tener un buen día de ventas, tengas un día para el olvido.

El mal humor no se queda en casa

Es comprensible que un mal cliente o un problema familiar afecte nuestro ánimo. Lo que no es saludable —ni para la persona ni para el negocio— es quedarse atrapado en ese estado durante toda la jornada. Si no se pone atención, el comerciante puede convertir su tienda en un lugar tenso, apagado y poco atractivo para los clientes.

Recordemos algo importante: el cliente no tiene la culpa de tus problemas. Pero sí puede decidir no volver si se siente mal atendido. Para muchos, una tienda no es sólo un lugar donde se compra algo, sino una experiencia. Y una mala actitud del dueño puede arruinar esa experiencia.

Tu estado de ánimo se refleja en tus ventas

  • Si estás de mal humor, los clientes lo notan. Aunque no digas nada, tu rostro y tus gestos hablan por ti.
  • Si estás irritable, es más fácil que contestes con brusquedad o poca paciencia.
  • Si estás apagado, la tienda se siente apagada también.

Por el contrario, una sonrisa sincera, un saludo amable o una actitud positiva generan confianza y fidelidad. Los clientes sienten que son bienvenidos, que les da gusto verlos, y eso es un valor que no se vende, pero se agradece.

¿Qué hacer cuando el ánimo no ayuda?

  1. Haz una pausa breve. Sal un momento, respira hondo, toma agua. A veces unos minutos bastan para recobrar la calma.
  2. Recuerda tu propósito. Piensa por qué tienes tu tienda: por tus hijos, por tu familia, por tus sueños. Eso puede devolverte el enfoque.
  3. No descargues tu mal día en el cliente. Él no lo merece… y tú tampoco mereces perder una venta por eso.
  4. Habla con alguien de confianza. Si hay una preocupación que te supera, compartirla te puede ayudar a liberarte.
  5. Sé consciente de ti mismo. El primer paso para mejorar es darse cuenta de cómo estás y cómo eso afecta a los demás.

Tu actitud es parte de tu marca

Piensa en los negocios que te gusta visitar: ¿no es cierto que prefieres lugares donde te atienden con una sonrisa? Tu tienda también puede ser así para tus clientes. No se trata de fingir, sino de cultivar un espíritu de servicio, incluso en los días difíciles.

Porque en el pequeño comercio, la persona detrás del mostrador es más importante que el producto en el anaquel. Y si tú estás bien, tu tienda también lo estará.

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